"Como no sabía que era imposible, lo hizo"

lunes, 11 de enero de 2010

Quizás mañana

Hoy me he dormido. Nada extraño, lo hago cada día. Pongo el despertador 5 minutos antes de las 8. Suena, lo paro y lo enciendo. Me debato, nos debatimos, lo apago, me levanto y desayuno. Estaba desayunado y se me ha parado El Mundo. El calendario se acababa hoy, era el último día del calendario y yo –que no sé ni en qué día vivo- no me había dado cuenta.

No me he asustado, lo he asimilado mejor de lo que jamás hubiera podido –o querido- imaginar. He desayunado mejor que nunca, me he puesto mi vestido preferido, ese que siempre guardo para las ocasiones importantes -¡que coño, hoy era la última ocasión!- y he salido a la calle. He saludado al vecino guapo y tímido de mi escalera, he escuchado mi canción preferida unas mil veces, le he dicho a mi madre que es lo más grande del mundo, he mirado a mi padre, con todo el amor que sólo el me sabe dar –aunque sea a su manera- y le he dicho a mi hermano que sólo se mira para adelante. He ido a ver al 90% de mí, y la he mirado –sin decirle nada- y ha entendido –como siempre- que sin ella no habría habido nunca un yo. Y por último he buscado a mi inspiración. A mí Grande. Por primera vez le he dicho –sin paredes, ni intentos de dureza- que es mi pack perfecto, mi felicidad.

Después han llegado las doce. Y Presente me ha pedido que me olvide para siempre de quizás Mañana.

3 comentarios:

Juan Antonio dijo...

No es mala opción, vivir cada día como si fuera el último, con lo mejor de nosotros por bandera... Un abrazo

Fidias dijo...

El problema es que, como dice la frase que tienes ahí arriba, saber que es imposible e incierto no nos permite vivir cada día como el último.

m. dijo...

¡¡texto perfecto!! me ha encantado :)
para leer cada dia.

(ah, y la vida con paredes e intentos de dureza por medio, no lleva a demasiado...)