"Como no sabía que era imposible, lo hizo"

jueves, 28 de enero de 2010

La vida pasa muy deprisa


Lucía llora cuando ve el mundo por primera vez. Llora cuando tiene hambre, cuando quiere que le hagan caso. Lucía llora en su primer día de colegio. Lucía llora por que no le gusta la verdura. Lucía llora por que quiere jugar. Lucía tiene miedo de los monstruos. Lucía llora por que no quiere irse a dormir. Lucía rompe a llorar cuando ve la nota del examen. Lucía llora cuando sus amigas se cambian de ciudad. Lucía llora cuando su madre no le quiere comprar el vestido para el baile y se tiene que poner uno viejo. Lucía llora por que el chico que le gusta tiene novia. Lucía llora por que piensa que el mundo es injusto. Lucía llora por que cree que sus padres no la entienden. Lucía quiere crecer. Lucía llora por que le han dejado el corazón hecho pedazos muy pequeños. Lucía llora desconsoladamente por que no podrá ver nunca más a su abuela. Lucía llora por que la universidad está lejos de casa. Lucía echa de menos a su familia. Lucía llora por que se ha enamorado y ahora tiene que olvidarse de él. Lucía llora por que un ser querido está enfermo. Lucía llora por que no tiene tiempo de vivir. Lucía llora el día de su boda. Lucía llora cuando no le salen las cuentas. Lucía llora por que su hijo ha venido al mundo. Lucía llora por que la vida pasa muy deprisa. Lucía llora por que no quiere ser mayor.

martes, 19 de enero de 2010

No soy de fechas
No soy de recordar el día de…
No soy de rememorar el día que…
Soy de excepciones,
Pero contigo…

Tú confirmas muchas cosas
Y me desordenas muchas otras
Hace ya unos días que mi primera sílaba
Eres tú

Mi plural
Mi presente
Mis canciones
Mi tiempo
Mi reloj
Mi Yo más tonto
Mi Yo más sensible
Mi Yo más rojo
Mi Yo más niña
Mi Yo más maduro
Mi Yo más humano
Mi Yo Contigo

Y lo mejor de todo,
Es que si quieres,
Puedes quedarte.

lunes, 18 de enero de 2010

¿Dónde acaba lo moral y lo ético?

Hay momentos en la vida en que una sola decisión, un instante, puede cambiar irremediablemente el curso de las cosas. Y nunca podrás volver atrás.
Reportaje aparecido en El País, 18 de enero de 2010
A los bomberos voluntarios de Castilla y León que rescataron el jueves al niño Regi les ocurrió este sábado una de las peores cosas que le puede suceder a un bombero en una catástrofe. Igual que el día en que rescataron al chiquillo de cuatro años, llevaban más de dos horas de trabajo en un hotel derrumbado de la zona centro. Habían logrado despejar el camino para salvar a una adolescente que llevaba seis días atrapada.
-"Tranquila princesa, tranquila, ahora mismo te sacamos de aquí".

Daba igual que ella no entendiera el español. Apreciaba el calor de sus palabras igualmente. En la calle se iban apelotonando la gente con la esperanza de verla salir. Varias decenas de haitianos con el alma en vilo. Pero de pronto se oyeron ráfagas de disparos en la calle de al lado. El jefe de la expedición, Francisco Rivas, de 50 años, notablemente abatido, relataba el suceso: "Apenas nos faltaba media hora para sacarla de allí. Era una cría de 14 o 15 años. Yo estaba dentro del edificio, no oí los tiros. Pero los escoltas de la ONU que llevábamos sí que los oyeron. Eran canadienses, pakistaníes y jordanos. En total, 16 hombres con tres vehículos. Cortaron la calle y yo pensé que todo estaba tranquilo pero los tiros debieron seguir y ellos nos dijeron que teníamos que irnos ya: '¿Qué preferís, que muera ella o morir vosotros?'. Llegado este momento del relato Rivas se excusa: "Me vas a perdonar, pero me resulta muy difícil seguir hablando".
-Apagad los cigarros y no miréis a nadie-, pidieron los escoltas a los bomberos y a las dos periodistas españolas que les acompañaban.
Otro bombero continúa el relato del jefe de la expedición. "Dentro no éramos conscientes del follón que había fuera", añadió Óscar Vega, quien rescató al niño Regis el miércoles. Había otro muerto con ella. Y sacando el muerto lograríamos sacar a la chica. Un médico nos dijo que abriéramos más espacio para meterle una vía en la carótida y mantenerla consciente. Cuando dijeron que no contábamos con mucho tiempo, decidimos sacar todo el escombro posible sin miramientos para extraerla de allí. Pero los escoltas insistieron en que seguían los tiros afuera. Y entonces no nos dio tiempo ni a sacar algunas de nuestras herramientas. La chica se me quedó mirando. ¿Pero qué le dices? No le puedes decir nada, porque no le vas a decir "ahí te dejo".
Mi compañero Raúl Rodríguez y yo, que fuimos los últimos en salir del edificio, dijimos que estaba muerta. Era la única forma de evitar altercados, porque la gente no habría aceptado que nos fuéramos. Aún así, se resistían a dejarnos marchar.
El jefe de seguridad, que era canadiense, estuvo muy expeditivo y eficaz al apartar a la gente para que pudiera salir nuestro camión de entre la multitud. Si no, no sé qué podría haber pasado.

viernes, 15 de enero de 2010

Curioso elemento el tiempo


Hay pocos días que no sean ‘un día más’. En realidad, pasamos la mayoría del tiempo –de nuestro tiempo- pensando cuánto queda para que llegué tal día, imaginando cómo será la próxima vez que quedemos con tal persona o cuánto quedan para las próximas vacaciones.

Sí, somos así, por mucho que presumamos de Carpe diem y de "solo se vive una vez". Pero aunque mañana será otro día, hoy ha sido el día de muchas cosas.

Tal día como hoy, han abierto los ojos -por primera vez- muchas nuevas vidas y muchas los han cerrado, para siempre. Hoy muchas personas se han descubierto y otras han decidido empezar a olvidarse. Y entre tantas cosas hay gente que ha vivido hoy esperando que llegase mañana.

¿Has pensado alguna vez dónde va todo eso que no dices, todos esos “te quiero”, todos esos “te echo de menos” todos esos “gracias”, todos los “lo siento”, todo eso que piensas y no dices?¿Sabes? Existe una especie de hueco dentro de nosotros donde se acumulan todas esas cosas que sentimos pero que no decimos, que no decimos porqué esperamos a que llegue el día esperado para hacerlo, el día que creemos que es el momento que buscábamos, el día que sabemos que es SEGURO.

Verás te voy a decir una cosa. Es un poco fea y cruda, pero es la realidad.. No existe ningún hueco, es más, todo lo que no dices se pierde, se pierde dentro de ti y se pierde para siempre.

Puedes estar esperando mil años a que llegue mañana, a que llegue el momento, el cual el 99% de veces no llega o llega y no te das cuenta y pierdas la oportunidad de tu vida. ¿Y todo por qué? Por disimular las emociones, por miedo.

Estate atento que la vida son 3 días y 2 oportunidades ( y seguramente ya hayas gastado alguna).

miércoles, 13 de enero de 2010

Gris(muy oscuro)


Soy de ése tipo de personas que cree que todo se construye, dejo muy poco al destino. La buena suerte se construye –la suerte es azar-, la gran parte de la felicidad también hay que edificarla uno mismo, a veces, incluso he llegado a creer que el amor también se puede construir.

Hoy ha sido uno de eso días en que todo lo he visto de un gris (muy oscuro). El destino, ¿ a qué juega? . Me he levantado con la noticia de Haití. Un terremoto en el país más pobre del mundo. Automáticamente la pregunta ha sido ¿por qué?

Nunca he entendido estas cosas. Suena tópico, pero es cierto. Siempre suceden las cosas a quién menos se lo merece. No creo que esto pueda considerarse “merecido” para alguien, pero creo que estas personas, que estas vidas, no pueden pasar por esto, también.

Es increíble ver el pavor con el que la gente busca a sus seres queridos, esperando que alguno esté vivo. Es escalofriante ver cómo han quedado, mejor dicho, como han desaparecido las barriadas más pobres. Ver montones enteros de personas que han perdido su vida, intentando escapar de algo inesperado. Entonces pienso, ¿y ahora qué?

La naturaleza es así, supongo que para su juicio no hay justo o injusto, no puedo juzgarla. Pero hay cosas que sí son condenables. No estoy al corriente del tema, pero por lo poco que sé, y desde mi humilde opinión, un terremoto no viene tan de improvisto, no se puede evitar, evidentemente, pero sí preveer, en cierta medida su futura existencia. Hay expertos. Mi pregunta es ¿qué hubiera pasado si fuera en Estados Unidos? ¿Éste es el precio a pagar por ser el país más pobre, por no tener recursos?.

Dejando este tema, reemprendo otro. La mayoría de las informaciones que nos han llegado de los medios es: “No hay víctimas españolas”, “Los trabajadores de la ONU están heridos”. Es preocupante, pero no es lo más preocupante, no es lo más urgente. Son personas, igual que las más de cien mil que han muerto.

Perdonarme por a querer cambiar el mundo , pero, supongo, que la esperanza es lo último que se pierde.

lunes, 11 de enero de 2010

Quizás mañana

Hoy me he dormido. Nada extraño, lo hago cada día. Pongo el despertador 5 minutos antes de las 8. Suena, lo paro y lo enciendo. Me debato, nos debatimos, lo apago, me levanto y desayuno. Estaba desayunado y se me ha parado El Mundo. El calendario se acababa hoy, era el último día del calendario y yo –que no sé ni en qué día vivo- no me había dado cuenta.

No me he asustado, lo he asimilado mejor de lo que jamás hubiera podido –o querido- imaginar. He desayunado mejor que nunca, me he puesto mi vestido preferido, ese que siempre guardo para las ocasiones importantes -¡que coño, hoy era la última ocasión!- y he salido a la calle. He saludado al vecino guapo y tímido de mi escalera, he escuchado mi canción preferida unas mil veces, le he dicho a mi madre que es lo más grande del mundo, he mirado a mi padre, con todo el amor que sólo el me sabe dar –aunque sea a su manera- y le he dicho a mi hermano que sólo se mira para adelante. He ido a ver al 90% de mí, y la he mirado –sin decirle nada- y ha entendido –como siempre- que sin ella no habría habido nunca un yo. Y por último he buscado a mi inspiración. A mí Grande. Por primera vez le he dicho –sin paredes, ni intentos de dureza- que es mi pack perfecto, mi felicidad.

Después han llegado las doce. Y Presente me ha pedido que me olvide para siempre de quizás Mañana.

miércoles, 6 de enero de 2010

1 día de los 365


La gente tiene la manía de volver a empezar sus vidas cada día 1 de Enero. Hacen y deshacen, dicen y se callan, buscan suerte por todos los lados, hacen una fiesta –como si se fuera ha acabar el mundo- y se van a dormir pensando que mañana es otro día, el día que el marcador se pone a cero, el día que vuelve a empezar la cuenta atrás, el día de preparados listos ya…

Es un día más. En realidad, “volvemos a empezar” muchas veces. Cada vez que perdemos a alguien, intentamos hacer un borrón y cuenta nueva, intentamos aprender a sobrevivir, a recordar de otra manera. Cada vez que conocemos a alguien, es como abrir una puerta a cosas y maneras nuevas, como una ventana que desconocíamos. Cuando es invierno por que es invierno y cuando es verano por que es verano. Cuando te hacen daño, cuando te dejan el corazón hecho trocitos muy pequeños, entonces sí que cuesta volver a empezar, pero lo haces, por que la vida está que rebosa de ventanas. Pero cuando te enamoras no cuesta nada volver a emprender un camino, en realidad te gustaría estar cada día empezando, cada día teniendo la sensación, esa sensación de que todo esta por estrenar.

En realidad, si te paras a pensar un poco te das cuenta de que todas las cosas en nuestra vida tienen un sentido, una razón. Todos los finales son también comienzos. Lo que pasa, es que como siempre, no lo sabemos en su momento justo, ni tampoco en el minuto de después…