"Como no sabía que era imposible, lo hizo"

miércoles, 28 de octubre de 2009

Rojo

Pensaba que el día que le rompieran el corazón iba a llover, que caería una tormenta de esas que convierten el día en la noche. Se imaginaba un día sin color, todo estaría teñido de un gris que intenta ser negro. Un día sin niños jugando por la calle, ni parejas de enamorados en el parque. Imaginaba que sería en invierno. Que haría tanto frío que la gente iría con largas bufandas intentando esquivar, así, el frío. Su nariz estaría roja, como siempre que hiela y sus manos moradas. Pero no fue así.
Era el segundo día de primavera. El sol molestaba incluso para quien lo buscaba. Estaba radiante. Los niños correteaban por la calle con el primer polo del verano. Felices. Las parejas de enamorados, tirados en la hierba de los parques, daban rienda suelta a su amor. Los colores empezaban a aparecer en la ciudad. Todo el escenario estaba preparado para una gran historia, pero la escena no fue así. La historia, esta vez, no tenía final feliz.
A Paula le hicieron pedacitos el corazón, su amor le dejó ese día -propicio para ser un gran día-. Le dejó en ese día de primavera y fue para no volver jamás. Paula se quedó sentada en la estación recogiendo uno a uno los trocitos de su músculo rojo, más rojo que nunca.

sábado, 24 de octubre de 2009

All you need is love



El otro día pensaba que quiero tener una historia. Una de amor (puestos a elegir). Me gustaría ser una de esas personas que tienen la suerte, si se puede llamar así, de encontrar a la otra mitad, a la media naranja, al medio limón, al 50%, al del otro lado de la cama, la compañía en los viajes, el otro, el mío. Y dejar , así, de vivir incompletas.
Pensaba en algo parecido a un Romeo, que me hiciera bajar del balcón y por qué no, que estuviera muy prohibido (todo en general). En un Jake, aunque me tuviera que hundir con él en las más hundas profundidades. Pensé, incluso, en ser la Dulcinea de algún loco bohemio. La Eva de algún Adan aunque sin manzana y sin serpiente. La Dama de algún Vagabundo. La musa de algún Dalí. La inspiración de algún Neruda. La canción de algún John Lenon.
Parece imposible, en estos tiempos revueltos, dar con una historia así. Pero ¿sabes? Aún no está todo inventado, así que jugaremos a ser humanos, a escribir cuentos e historias. Hasta llegar a la buena, a la que recordaremos, la que contaremos.

martes, 20 de octubre de 2009

mil y 1


Lo odiaba. Odiaba el ruido del despertador a las seis de la mañana, el frío al salir de la ducha, llegar a la parada del tren y darse cuenta de que se había olvidado la mitad de las cosas en su escritorio. No le gustaba nada la rutina. Cada día soñaba con cambiar su vida, pero siempre se despertaba, se despertaba tarde. Era lunes y eso lo hacía aún todo más difícil, más tristes. Alcanzó el abrigo del perchero y se dirigió, con las prisas y la tristeza de siempre, a la parada del tren.
Y entonces pasó. Todo se paró. La música del momento dejó de oírse, los trenes de pasar, la gente de andar, de pensar, de existir, la lluvia de caer. Solo podía verlo a él. Llevaba unos tejanos desgastados, rotos. Llevaba un abrigo gris y el pelo empapado por la lluvia. Llevaba en la mano el libro de Las mil y una noches (mojado). La cara de no haber pegado ojo en muchos días. Pasaría desapercibido a cualquier persona, a cualquiera que no fuera ella, Clara. No lo había visto en su vida, pero por alguna extraña razón parecía conocerlo desde hace tiempo. Adivinó todos sus movimientos. Quizás le habría visto alguna vez antes, seguramente en algún sueño. Sus miradas se cruzaron y entonces ocurrió. El tiempo volvió al movimiento. Los trenes volvieron a pasar, la lluvia volvió a caer y él, como sucede a veces con los mejores sueños, desapareció. Clara aturdida por lo que había vivido (o por lo que había creído vivir) se subió al tren. Como siempre apurando hasta que dan el avisó de cerrar las puertas. Ultimo vagón, como cada día. Se sentó al lado de un matrimonio muy mayor que dormían uno al lado del otro, dándose la mano como dos adolescentes. Los miró con anhelo. Entonces se acordó que había olvidado de coger el periódico. Metió la mano en el enorme bolso para coger un caramelo de esos que quitan la tos (y muchas cosas más). Y de repente estaba allí. Las mil y unas noches. Sonrió, no penso.

lunes, 19 de octubre de 2009

METRO

Hoy me he dado cuenta por qué me gusta tanto ir en metro. Es el momento del día que todos lo utilizamos para hacer esas cosas que queremos hacer pero no tenemos tiempo ( o no les buscamos tiempo). Escuchamos música, pensamos y, sobre todo, leemos. Periódicos, libros, apuntes…Debe de ser, que por un momento me parece que el mundo no está tan mal.

jueves, 15 de octubre de 2009

EL PASO



¿Lo hago o no lo hago?. ¿Cierro la puerta o la dejo abierta?. ¿Cruzo o no cruzo?¿ Te espero o espero a que me esperes?. ¿Lo digo o no lo digo? .¿Le escribo o mejor no? ¿lo envío?. ¿Le llamo o será peor? .¿Me debato -nos debatimos- constantemente ante estas preguntas tontas pero a la vez decisivas en nuestra cabeza, corazón y consciencia. Tenemos la capacidad –exclusivamente humana- de complicarlo todo, de hacer montañas con un grano de arena, de hacer un ovillo con un hilo, de llenar un vaso con una gota –y encima verlo medio vacío-. Después de darle vueltas al asunto, normalmente en la cama –con mi almohada-, acabo recordando algo, me parece que lo dijo un tal Maquiavelo que decía algo así como que "vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse"...